
Lo que no es tan bonito es el peligro que un insignificante globo puede representar, NO me refiero al chingadazo que este puede darte al reventarse (Y vaya que duele) si no a que un globo suele estar en las bocas de los niños, ya sea por inflarlo o porque la verdad es que es sumamente atractivo tratar de morderlo mientras esta inflado.
Supongamos que tu hijo quiere inflar un globo, algo que de por sí es sumamente difícil de lograr, incluso para un adulto, por lo que en más de una
ocasión verás que tu hijo sujeta el globo frente a su labios con sus pequeños
dedos y luego pegando un gran suspiro se dispone a echarle todo el aire que
pueda haber en sus pulmones, es justo aquí donde debes prestar atención, es más
común de lo que pensamos que en la preparación para inflarlo el globo sea
aspirado por el niño provocando un posible atragantamiento, la cosa empeora cuando
sabemos que el globo al ser delgado y sumamente flexible puede tomar la forma del
conducto en la garganta, lo que hace más difícil la expulsión de pedazo de plástico.
Otro riesgo se presenta al jugar con los globos es cuando estos
se revientan, ya sea por el amigo chistosito que lo pincha o por que lo han
apretado o mordido con fuerza, al tiempo en que revienta y por el sonido que
este produce los niños se asustan y como expresión del susto aspiran con fuerza,
con esto, resulta fácil absorber los pequeños fragmentos del globo, lo que también
puede producir un peligroso atragantamiento.
Para finalizar, creo que deberíamos agregar a este listado lo que yo llamo “Mi globo
parece un chicle” Después de que un globo se ha reventado, nunca, en verdad,
nunca faltará el niño que tome un pedazo de este y se lo meta a la boca para
jugarlo como un chicle, habrán otros que querrán hacer pequeñas burbujas que
luego intentarán hacer estallar, también existe un riesgo en este juego,
repito, los globos debido a su flexibilidad al ser succionados pudieran adherirse a las paredes
de su garganta creando una tapa de plástico o látex que impide el paso de aire
a los pulmones de los chiquillos.
Si nos tomamos en serio este papel de padres tal y como nos
corresponde, no deberían pasar desapercibidos ninguno de los posibles peligros
que corran nuestros hijos e hijas, es cierto que no debemos sobre protegerlos, pero
nunca sobrará o estará de más tenerlos a la vista para poder estar seguros que no están
haciendo algo peligroso.
El fin de semana en una bonita fiesta infantil, Matt reventó su primer globo, el lloró pues se asustó y yo (sin hacer demasiado show) pude verificar que todo estuviera bien con él, así que además del llanto y un abrazo no hizo falta más para recuperarse y continuar con la pachanga.
¿Qué medidas de cuidado tomas con tus hijos en las fiestas o reuniones?
PapáDe1ra
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